De nutrias a focas

Bucear-como-focas-y-nutrias

En nuestra relación con el buceo, pasamos de nutrias a focas, cuando dejamos de ser niños y nos hacemos mayores. Así lo afirma un interesante artículo de «El País«, del pasado domingo.

De Nutrias a Focas:

De niños disfrutábamos buceando siempre que podíamos. En la piscina, con los amigos, hacíamos competiciones de ver quien aguantaba más tiempo sin respirar o quien hacía el mayor recorrido bajo el agua. Cuando los años pasaban, dejábamos de jugar, porque ya no tocaba, por vergüenza, por el qué dirán… Y al tiempo, dudamos de si aún seríamos capaces de repetir alguna de nuestras hazañas subacuáticas.

El buceo no es como ir en bici, pero con unas pautas sencillas, en seguida se recupera la habilidad de nutria, ágil en el agua como en la tierra. Estas son las claves para revertir la conversión de Nutrias a Focas.

Primer paso: Respirar

Lo principal es la practicar la respiración ya que cuanto más aire cojamos, más tiempo y distancia aguantaremos. Los expertos recomiendan inspirar larga y pausadamente, para luego ir soltando el aire aún mas lentamente. Y los submarinistas añadirían que tanto la inspiración como la expiración, por la boca y evitar así que se nos «suba» el agua por la nariz. Hay quien incluso necesita, por defecto, taparse la nariz para bucear tranquilo.

Importante, no consumir todo el aire en el fondo y guardar algo para volver a la superficie.

 Segundo paso: ver

Lo ideal es hacerse con unas buenas gafas de buceo, que nos ayuden a ver a nuestro alrededor. Sin ellas, puede que nos piquen los ojos, por el cloro de la piscina o la sal del mar. También se pueden probar las máscaras de buceo, que al taparnos la nariz, nos ayudan a exhalar por la boca.

 Tercer paso: moverse

Con una braza tranquila y relajada. Que nos permita mantener la concentración y evite un sobreesfuerzo que nos pida salir a la superficie a por aire.

Cuarto paso: descansar

Un descanso tras los primeros buceos, ayudará a nuestro cuerpo a asentar la práctica. Lo que permitirá que nuestra capacidad pulmonar aumente cada vez más..

Quinto paso: repetir

Repetir y repetir, hasta que nos sintamos, como las nutrias, tan cómodos en el agua, como fuera.